Nos complace presentar la novela No quiero llanto (Betania, 2020) de la poeta y escritora cubana Dolores Labarcena (Santiago de Cuba, 1972), residente en Barcelona.
En esta, su cuarta novela, la autora continúa narrando con una trama que atrapa al lector desde las primeras páginas, confirmando un ya maduro estilo narrativo y su interés por la temática cubana.
Como se señala en la contraportada: “Si alguien se quedó esperando la novela de la Revolución (cubana) puede que aquí la tenga. Por fin resuelta en la única clave posible:
La del humor; pero, también, la del extrañamiento”.
Prosigue el texto: “En primer lugar, porque (el personaje principal) Píriz no es Platón Karataiev y no representa a todos los hombres y, en segundo, porque no bajó de la Sierra Maestra cantando, sino con muchos secretos que solo a él conciernen”.
Señalando que se trata de una novela “del antihéroe a punto de morir, No quiero llanto se despliega como un relato dentro de otro. Como vimos en (su segunda novela) Cachemir (2016), la autora nos va acostumbrando a su gusto por las Matrioskas, a su manera de delirar la Historia”.
Y concluye: “Otra vez una Cuba teatral con espléndidos pasajes tirados de precio: el DTI, la marina mercante, Angola, la casa de los combatientes… Todo para acabar en ese hospital donde el personaje se muere, se muere… de risa”.
Como muestra del buen quehacer narrativo de Dolores Labarcena, ofrecemos un capítulo:
El manisero
Peritos del pasado y árbitros del porvenir. Así fueron, o fuimos. No pienso justificarme, y si evito contar ciertos pasajes no es por amnesia sino por honor, se lo debo a muchos que al igual que yo se rompieron el lomo por esto. Sí, me incluyo en la caravana. ¿Acaso alguien podía dudar de algo tan puro, tan ilusionante? Un día me sentí un poco confuso. Normal. Acababan de fusilar a un asturiano que su único delito fue no permitir que saquearan su peletería. Aquel infeliz se aferraba a la caja recaudadora, rodilla en tierra, detrás del mostrador, como si con el gesto, sin socorro alguno, se aferrase a la vida. ¡Fuera, ladrones! ¡Salvajes! Este negocio lo he levantado yo. No me sacarán de aquí, gritaba. Un emigrante que al igual que mis padres vinieron a probar fortuna a este país. Fui testigo. El pueblo, como animales que no generan energía propia, berreaba: ¡Paredón, paredón! ¡Abajo el capitalismo! Hordas que de prisa y corriendo rescataban su orden primitivo. ¡Contrarrevolucionario! ¡Traidor! ¡Batistiano!, vociferaban entre consignas y clamores. Solo las culatas de las ametralladoras pudieron barrenar aquella pared humana. Esperpéntico, ¡un zapato me dio en un ojo, un ladrillo en la espalda!… La caja se la arrancamos a base de trompones. Algo imborrable. Lo montamos en un camión y directo a La Cabaña.
La Revolución debe hacer justicia para que no vuelva a alzar la cabeza otro régimen tirano como el que acaba de caer, me dijo el teniente coronel Clemente Escalante cuando le hablé del caso en particular. Estábamos en su despacho de Monserrate, y continuó: Siéntate, Chivo…Mmm…Escúchame. Somos el brazo del pueblo. Tenemos el mandato. Ninguna de esa gente merece tanto expediente, ni juicios, ni tanto papeleo. Eso es un detalle burgués. ¡Paredón! Chivo, a mí me torturaron en el Buró de Investigaciones. ¡Jamás eché pa´lante a nadie! Pero esos esbirros, esos criminales y sus cómplices hicieron cantar el manisero a más de uno. ¿Venganza? ¡Qué va!, Chivo, Escarmiento. ¿No los ves? No, no, no se arrepienten. ¿Qué te parece que unos pocos, por la simple explotación de la clase trabajadora, tengan yates y se vayan a pasear al Mediterráneo, que hagan torneos de golf, pesca deportiva? ¿Y que tengan playas privadas, casas con piscinas, millones en bancos extranjeros, te parece bien? Acabaremos con esa calaña de una vez por todas. ¿Venganza? El que a hierro mata, no puede morir a sombrerazos, Chivo. Y somos justos, hasta le damos la oportunidad que se defiendan. Convéncenos, o mejor, convénceme de lo contrario. ¿Acaso no estás tú convencido y dudas de la justicia revolucionaria? Es una tarea necesaria en estos momentos decisivos. La acción de ajusticiarlos, de arrancar el mal de raíz, ejerce una gran influencia psicológica y moral sobre el pueblo cubano que es el verdadero artífice, el verdadero protagonista de esta victoria, el soberano. ¿Oíste el cañonazo? “Se acabó la diversiooón, Llegó el comandante y mando a pararr”… Vamos, no des más vueltas a la olla de tamales. Escoge: ¿Capri o Floridita? Lo que tú digas, dije, e incluso le di la razón argumentando que debíamos acabar con la burguesía y las clases privilegiadas que todavía dudaban si irse o no irse del país. ¿Un acto de cobardía? Quizás. Todos predicaban la misma cantinela. Como si el dinero fuese un crimen y la pobreza una virtud. Lo que tú digas, dije. ¿Justicia revolucionaria? Con ese tumbao aquello se convirtió en una cacería humana. Peritos del pasado y árbitros del porvenir.
Los ejemplares impresos de esta obra se pueden adquirir en las librerías españolas o conseguir mediante pedidos a Betania (a nuestro e-mail). Pero, además, ofrecemos la oportunidad de leer y descargar –de forma gratuita- la versión digital (PDF) en nuestro blog EBETANIA: NO QUIERO LLANTO en una de las ventanas ebook. Esta nueva novela de Dolores Labarcena se suma a nuestra colección digital que ya consta de 31 ebook (PDF) de temática cubana.
Dolores Labarcena (Santiago de Cuba, 1972). Poeta y escritora cubana, residente en Barcelona. Autora de dos poemarios: Las puertas dialogadas (La Habana: Editora Abril, 2004) y Tundra (Virginia: Casa Vacía, 2018). Como narradora ha publicado cuatro novelas: Kruschov (Madrid: Verbum, 2015), Cachemir (Valencia: Aduana Vieja, 2016), Diario de un Tuátara (Islas Canarias: Baile del Sol, 2018) y No quiero llanto (Madrid: Betania, 2020). Codirige, junto a Pedro Marqués de Armas, la revista digital de literatura Potemkin ediciones: www.potemkine-ediciones2.webmode.es
No quiero llanto (novela) de Dolores Labarcena
128 pp. 2020. Colección NARRATIVA.
ISBN: 978 – 84 – 8017- 423 -7.
PV: 15.00 euros ($20.00)
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[…] 21/10/2020 11:03 Views: Por Redacción de ZoePost. ZoePost adjunta la versión digital de la novela No quiero llanto (Betania, 2020) de la escritora cubana Dolores Labrcema (Santiago de Cuba, 1972), residente en Barcelona, como un regalo de la Editorial Betania para que la leas y difundas entre tus colegas y amigos: Editoria Betania. […]
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Excelente título y autora. Dolores es siempre brillante. Felicidades,
pio e.
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