Acaba de constituirse la primera asociación de editoriales independientes cubanas, donde participan -por ahora- 10 casas editoras.  Esta nueva entidad se denomina Red de Editoriales Cubanas Independientes (REDECI).

Página web de REDECI:  www.redeci.org
E-mail: info@redeci.org

REDECI participa en el LASA (2023) que se celebra en estos días en Vancouver, Canadá. ENLACE: https://lasaweb.org/es/lasa2023/virtual-exhibit-hall-editoriales-independientes-cubanas/

Se puede obtener más información en el texto:
«REDECI: la primera agrupación de editoriales independientes cubanas» en la revista Árbol Invertido (Madrid, 25 de mayo de 2023).
ENLACE:
https://arbolinvertido.com/

Anuncio publicitario

La muerte de la poeta cubana Lourdes Gil (La Habana, 1950 – Nueva York, 2023) me ha golpeado de manera rotunda. Falleció el pasado domingo 16 de abril en la Gran Manzana.

La conocí -personalmente-  en Nueva York, durante mi asistencia al evento OUTSIDE CUBA en Rutgers University (1989) y la posterior participación de Betania en la Feria del Libro Latinoamericano (1990 y 1991) organizada por la Universidad de Nueva York; aunque hacía años que nos escribíamos, quizás desde finales de la década de los años 70. Además,  recibía con puntualidad las revistas literarias cubanas Románica y Lyra, (fundada y dirigida por Lourdes y su inseparable amiga Iraida Iturralde) de las que era asiduo lector.

Desde entonces, han sido muchos años de amistad y de admiración, de mutuos proyectos literarios; siendo Lourdes una de las primeras poetas cubanas que publicaron en Betania.

En 1989, nuestra casa editora publicó su poemario Blanca Aldaba Preludia y  seleccioné poemas suyos para varios proyectos antológicos de mi autoría, como: Poetas Cubanos en Nueva York (1988) con prólogo del profesor José Olivio Jiménez, la antología bilingüe (Español/Inglés) Poetas cubanas en Nueva York / Cuban Women Poets in New York (1991) con prólogo de Perla Rozencvaig,  Poesía Cubana: La Isla Entera (1995) en colaboración con Bladimir Zamora y la antología crítica Indómitas al sol. Cinco poetas cubanas de Nueva York (2011) con prólogo de Odette Alonso Yodú y ensayos de Elena M. Martínez, Perla Rozencvaig y Mabel Cuesta, en coedición con el Centro Cultural Cubano de Nueva York.

Como un sencillo homenaje a su memoria, y a su obra poética, ofrecemos unos breves versos de su cosecha.

3 poemas de Lourdes Gil

Los escribanos (su oficio)

Primero yacen.
Luego se yerguen, inguinales.
Sobre eslabones incendiarios saltan
tocan, mas sus plantas esquivan los rescoldos.
No se entregan.
Componen el ritual sombrío y milenario
desde sus ojos de ciruela
tienden el pálpito en la horma.
Ellos son otros.
Para sí y para otros producen alfabetos
de punzadura cuneiforme en Braille.
¿Quién los lee?
La noche los sorprende siempre apretados a la tierra
laminando hirvientes de corojos
las palabras.
Añaden nudo sobre nudo al corazón
y van escalonando perdices enjugadas
en vino aromático a clavo y canela.
Finalmente
posan junto a la herética panoplia de sus versos
desprendidos de bolso y cabellera
como lo exige la tonsura.
Adosan los salobres lagrimales
desnudos ante la soldadesca
esa hostil esgrimadora de panojas.
Más todo lo devora un píloro secreto:
La Parusía, que engulle el escenario
las metáforas, las brevas
y disipa
la vorágine rotativa de la Tierra.

Finisterre

Quería preguntarte
si existen túneles entre las estrellas
si en tu noche total hay lapsos que engullen los relámpagos
si ves tábanos de luz.

Quería decirte que amanece
aunque te has ido
y que el asta violeta de Amaltea
hiere mi lengua embadurnándola
de mosto, sal caliente, hambre de dos.

Quería preguntarte, sobre todo,
si te alcanzó el diluvio de las piedras
el caos febril, la despedida,
la locura de Pound que ambos supimos era falsa.
Quería saber si tus oídos
abren su vuelo ante la curvatura del espacio
si alguna música te llega (Bach más que nada)
si te perturba el anillamiento de las aves.

Quería preguntarte tantas cosas.
Si sabes que el amor imita tus delirios
trastorna el orden de la vida, sus deleites
y en vano enciende cábalas y pozos y simientes.

Quería, finalmente, preguntarte
cómo haces
para que siempre seduzcan verbo y poesía
si desde donde ahora en libertad padeces
ver cómo se desliza tu barro incandescente
por las cálidas combas de mis manos.

La extranjera

a Amalia Peláez
y a Carmen, por supuesto.

Cada día se asoma a su jardín
de pájaros y helechos,
ensarta el reino
de lo visible a lo invisible.
Cada día fosforecen las ausencias
la ciudad se hace más dulce y mas distante.
Cada día es invierno y primavera
cada día es guerra y pacto venturoso.
Más allá del patio y los vitrales
trituran su mural.
Cada día Amelia se sumerge
en el raído mimbre de su silla.
Allá afuera
llueve a torrentes y triunfan las urracas.


Con la muerte de Lourdes Gil, otro poeta cubano muere en el exilio, lejos de la patria. Este año cumplía sus 62 años de destierro…

DESCANSA EN PAZ, amiga Lourdes…

————————————————————————
Lourdes Gil (1951-2023). Poeta, escritora y profesora cubana. Salió de Cuba en 1961 a los once años de edad.  Estudió Lengua y Literatura Hispánica en la Universidad de Fordham, en la Universidad Complutense de Madrid y en New York University, donde se doctoró   Codirigió (junto a Iraida Iturralde) las revistas literarias Románica (1975-1982) y Lyra (1987-1990).
Obtuvo dos veces la Beca Cintas (1979 y 1991). Desde 2001 perteneció a la Junta Directiva del Centro Cultural Cubano de Nueva York, donde dirigió los Programa de Literatura y de Estudios Martianos.  Durante años fue profesora en Baruch College.

Poesía: Neumas (1977), Manuscrito de la niña ausente (1980) Vencido el fuego de la especie (1983), Blanca aldaba preludia (1989), Empieza la ciudad (1993), El cerco de las transfiguraciones (1996) y Anima vagula (2014).

Ensayo: Paisaje extrainsular, Bipolaridad de la cultura cubana. Ponencias del Primer Encuentro de Escritores de dentro y fuera de Cuba (Suecia, 1994) y Viajes por las zonas templadas: arte y literatura cubanos de la extrainsularidad (inédito).

Con sumo placer, presentamos la antología poética El polvo del torbellino (Betania, 2023) del escritor cubano Rafael Bordao, residente en Miami.

En este tomo, se reúnen 50 poemas de sus siete poemarios publicados, desde 1986 al 2000, seleccionados por el propio poeta.

Como antesala a sus versos, el poeta y profesor hispano-norteamericano Louis Bourne nos brinda un enjundioso y documentado prólogo que enriquecen esta entrega.

Como muestra del buen quehacer lírico de Rafael Bordao ofrecemos a nuestros lectores cuatro poemas incluidos en esta antología:

Días como éstos

A José Olivio Jiménez

Tan alto es este día
que caigo desde él
precipitado y tonto
como una pera cansada.
Estos días gravitan
como nubes de auras;
alfileres de distancias
me perforan la piel.
Días como éstos; desgañitándome
entre las calles sordas,
sin paz, sin aviso de Dios,
bebiendo Coca-Cola
desenfrenadamente
y mi vieja oración sin alas
trepando los rascacielos fríos
sin tokens (*)
esputando el Marxismo
contra la acera más dura,
disponible como una cebolla
en un restaurante chino,
a bolina la infancia
como un papalote
acasi en los confines de la soledad
como un trapecista sin público,
sintiendo que la patria fluye
como un desbordamiento misterioso,
en un vetusto y tolerante
parque de New York.

Riverside, N.U., 1983.
(*) Ficha métalica que se usa para entrar en los subways.

Las heridas del Hudson
Tirado sobre las piedras incomprendidas
que marginan al río Hudson,
sobre esos reproches endurecidos
que han desairado las aguas,
veo pasar un cortejo silencioso y laxo,
turbios despojos de condones
que han perdido la emoción y el encanto
(la magia y el elogio de su estreno),
luego de haber sido despoblados
por los aficionados a la carnalidad;
condones que ondulan sobrios e inapetentes
sin ninguna continencia, desgobernados,
lentamente exhiben su hundimiento,
su evasión del falo,
menospreciando la gloria que contuvieron,
el esplendor del fuego derretido,
su blanco diluvio de erudición
que ostentó el triunfo más largo;
condones que sobrenadan adelgazados
en estas aguas desleales
que han vomitado los peces.

New York City, agosto, 1990.

Memorias del Niágara
Aguas capitales y turbulentas
que no callan sus nervios al que presiente
su afinidad secreta de romperse
en cada instante de cada vuelta
sangrando el epitelio de las horas;
aguas que desmontaron sus brazos
para desmoronarse en la boca del enigma
y poseídas por una combustión clandestina
derraman sus profusos bienes
ante los puntales ojos del testigo;

aguas resueltas y desolladas
que le dejan al público su último reclamo
su atávico ronquido de embestir los escollos
su difusa y remolcada efervescencia
de vertiente y esencial vocabulario;
aguas trémulas y precipitadas
que perdieron el juicio y la conciencia
y se inundaron de intranquilas torceduras
a fuerza de evadirse y de arrojarse
a la vetusta sed del precipicio;
aguas que fueron deportadas
y heredaron el divorcio y el grito;
pero se prolongaron en la boda
y se enfurecieron y se desnudaron
antes de recibir el nupcial empujón;
aguas que no se salvarán del abandono,
ni de la agitación ni del tajo
y a fuerza de impetuosas aventuras
se abren paso entre la sucesiva indolencia
de las piedras y los golpazos.

aguas que no se cicatrizan
por su tenaz inmigración entre las rocas
en donde dejan sus fulgurantes disputas
sus galopantes colmillos diluvianos
que se derriten desahuciados en la intemperie absoluta;
aguas atávicas y rotas
que desconfían del tatuaje de las fotos
y se escapan de los andróginos retratos
donde la eternidad filtra su tinta
tan sólo para quedarse con nosotros;

aguas pasajeras y estentóreas
que le devuelven los aplausos al viajero
que se detiene a mirar el delictivo derrame
la demencia que resplandece y se desploma
en su desaforado y ágil caudal;
aguas gnómicas y letíficas
que se bebieron de un trago las palabras
cuyas goteras de peces lesionados
se atropellaron en la garganta del testigo
agazapado entre escombros de iluminación;

aguas indomables y elocuentes
que transforman la escritura del naufragio
en un ballet de anfibios glugluteos
por donde fluyen lívidos heliotropos
ahogados en el torneo de la fama;
aguas que prefirieron dar el salto duradero y nutricio
y echar las entrañas apasionadamente
en la ebriedad donde vagabundean los pájaros
que le arrancan al chorro ininterrumpido y ufano
los coágulos indefensos de gluglú.

Cabble Hills, N.Y,m enero 11, 1992.

Oración para desaislarse
A Laura
Oremos hermanos
por lo que han llenado
de piedras los bolsillos
y sus puños aún los mantienen cerrados,
por aquellos que a fuerza de no amar
no han sido amados
y se hunden pedregosos
frente a las costas del cariño.

Oremos por los que piensan
que el amor no existe
y arruinan la inocencia
con severas velocidades;
oremos
por los que se emperran
en la amargura
y dan el golpe contundente.

Oremos hermanos
por los que se descosen
y se extravían
en las descoloridas inexactitudes,
por los niños que desaparecen
y olvidan sus brevísimos zapatos
en nuestros ojos.

Oremos por los que no serán felices
y no llegarán a ser como pensaron;
oremos
por el que huye de su propia imagen
y se convierte en un errante despojo
que lanza su clandestino corazón
al polvo de las calles.

Oremos hermanos
por lo que sólo piensan en la usura
el maquillaje y el fondillo;
oremos
por los que jamás se despidieron,
porque serán devueltos algún día
con sus corazones enlutados.

Oremos
para que vivamos en una sola patria
«con todos y para el bien de todos»
sin desvalorizarnos mutuamente;

oremos
para que no exista la censura
ni la maledicencia ni el castigo
y nunca falte en las casas desayuno,
para que no haya fatales despedidas
ni ahogados clandestinos
que escandalicen las playas;

oremos hermanos
para que en un abrazo universal e infinito
cese la flotilla de las gotas
que se fugan del pecho,
esas balsas caseras
en donde emigran las letras
de todo nuestro alfabeto.

Manhattan, N.Y,, 1987.
Brooklyn, N.Y,, 1994.


La ilustración de la portada es obra del pintor Julio J. Bordas y las interiores de David Vela, Belkis Cuza-Malé y del ya mencionado Bordas.

Esta antología se puede leer y descargar de forma gratuita en nuestro blog EBETANIA en una de las ventanas ebook, pinchando en el título de este libro o en este ENLACE:

https://ebetania.files.wordpress.com/2023/04/el-polvo-del-torbellino_ebook.pdf

Rafael Bordao (La Habana, 1951). Poeta y escritor cubano. Fue expulsado de la Universidad de La Habana (1969-1970) por «diversionismo ideológico». Salió de Cuba en 1980 por el puerto de El Mariel y, desde ese año, residió en Nueva York; donde ejerció durante años la docencia universitaria. Actualmente, ya jubilado, reside en Miami.

Obtuvo dos Maestrías y un Doctorado en la Universidad de Columbia de Nueva York.
Como editor, fundó la casa editora ARCAS y dirigió las revistas literarias La Nuez  (1988-1993 ) y Sinalefa (2002-2014), ambas en la Gran Manzana. Fue secretario de la Academia Iberoamericana de Poesía (capítulo de Nueva York).

Autor de siete poemarios: Proyectura (1986), Acrobacia del abandono (1988), El libro de las interferencias (1995), Escurrideras de la soledad (1995), El lenguaje del ausente (1998), Propinas para la libertad (1998) y Los descoloridos labios del silencio (2002). Publicó el libro de ensayo La revolución de Castro. Un aborto perfumado (Colombia, 1999) y su Tesis Doctoral (Columbia University) La sátira, a ironía y el carnaval literario en Leprosorio (Trilogía poética) de Reinaldo Arenas (EE UU, 2002).
———————————————————————————————
El polvo del torbellino de Rafael Bordao.
Prólogo de Louis Bourne.
2023, 116 pp. Colección Antologías.
ISBN: 978-84-8017-449-7.
Ebook gratuito.

Presentamos el archivo de la Colección Digital de Betania (2011-2023) que contiene 37 ebook (PDF) que pueden ser leídos y descargados de forma gratuita en nuestro blog EBETANIA.

Este archivo con la referencia a todas las obras se puede ver en la ventana CATÁLOGO 2022 del Menú superior (debajo de MÁS VENDIDOS).

Los ebook (PDF) se pueden leer y descargar en las ventanas EBOOK, pinchando el título del libro.

Nos complace presentar el libro de relatos Fuera de tono (Betania, 2023) del escritor colombiano Manuel Cortés Castañeda, residente en EE.UU. donde ejerce la docencia universitaria.

En los años noventa, Betania le publicó el poemario Prohibido fijar avisos (1991) y textos poéticos suyos fueron seleccionados en la antología Trayecto contiguo. Última poesía hispanoamericana (1993) de VV. AA. y prólogo de Sagrario Galán.

Como autor ha publicado seis poemarios y, además de profesor universitario, es traductor al Español de poetas norteamericanos contemporáneos.

En este libro, que puede catalogarse como prosa poética, Cortés Castañeda reúne un puñado de relatos cincelados que atrapan a los lectores desde las primeras páginas.

Como muestra del buen quehacer literario de este escritor colombiano, ofrecemos 3 relatos que configuran una narrativa valiente y atractiva:

Larvas
Una de mis tantas delicias -aparte de hartarme de frutos en los patios de los vecinos cuando estaban, y si no estaban aún mucho mejor-. era ir con mis hermanos y amigos al río a mirar a las chicas cuando se bañaban, casi siempre en ropa interior, y tanto se bañaban, tanta agua, tantos sueños que, al menos, yo perdí por aquel entonces la cuenta de los días y hasta las noches se diluían y se perdían en mi mirada, mi falta de sueño, mi necesidad de volver a mirar y observar hasta el más mínimo detalle…
Pero lo más delicioso era cuando mis hermanos se zambullían en el agua y yo detrás de ellos y nadaban y yo detrás de ellos y seguían nadando y yo con ellos, hasta que llegaban donde estaban las chicas y las tocaban y acariciaban en su intimidad hasta no poder más, ya casi sin aire en los pulmones, y luego un último esfuerzo y una última caricia y desaparecían bajo el agua y yo con ellos, ya casi muertos, pero henchidos de placer, y yo con ellos…
Y todo era como si nadie hubiese estado en el lugar del delito, todo era silencio, y las chicas que hacían lo que podían para espantar a los peces que las acosaban y mordían y se retorcían y gritaban, y se abrazaban, quizás asustadas del momento, pero, lo más seguro, henchidas de placer y de gozo…
Nunca supe si yo también llegué a tocarlas y meter mis dedos y disfrutarlas en lo más profundo de su intimidad y de su angustia, como lo hacían mis hermanos y mis amigos, pero, sí recuerdo, con absoluta certeza, que por aquel entonces aprendí a nada debajo del agua como un pez más y que, igual que ellos, quería tocarlas con desespero, ya casi sin aire en los pulmones, muerto de felicidad.
Y, sin embargo, lo que más quería y soñaba sin descanso era ser una de esas chicas y, como ellas, bajar todas las tardes al río a bañarme y que los chicos del pueblo vivieran a tocarme, como peces bajo el agua, mis partes más íntimas, e intentaran quitarme la ropa interior como mis hermanos tantas veces lo intentaron sin lograrlo…

Días extraterrestres
Hoy me he quedado en casa, haciendo nada y leyendo a Pascal… qué pena que hasta ahora me haya dado cuenta que Pascal huele a ropa recién lavada y antes de lavar… que Pascal es prepararse un buen plato de comida, aunque nunca nos lo comamos y después apeste… y mantener un diálogo eterno con el perro de mi mujer, al que cuando saco al patio, a hacer sus necesidades más íntimas, tantas veces he querido machacarle la cola cuando cierro la puerta… o cambiarle su nombre por el de Pascal…
Les he dicho a mis compañeras de trabajo que me sentía mal, que me siento mal, y que no voy a trabajar,,, y es que, quién no se siente mal cuando se lee a Pascal, o cuando uno se queda con el perro de su mujer… de ahí quizás mi necesidad de prepararme un buen plato y de hablar con el perro de la susodicha… después de todo es solamente ella la que nunca aparece en las páginas de Pascal; lo que le viene como anillo al dedo a mi seguridad personal y a la cola de su perro, si la lógica es consistente… cuánto me gustaría que la cola de mi perro fuera metafísica…
Mis compañeras de trabajo a las que tanto quiero, sin darme cuenta del todo, y que se desangran en las páginas de Pascal sin necesidad alguna, y a las que les digo tantas cosas que no quiero decirles con la esperanza de que no me las crean, y me las creen…mis compañeras de trabajo a las que invito a casa siempre sin querer invitarlas con el deseo de que no vengan por aquí, y siempre vienen y se quedan más de la cuenta, y vuelven, y siguen volviendo, y nunca se van… y de las que de vez en cuando pongo y saco sin darme cuenta una de sus prendas más íntimas, en la lavadora donde ahora lavo la ropa de mis hijas, la mía, y la de la mujer que amo y que me dice que me ama y que para mi fortuna no aparece en las páginas de Pascal…
Voy a echar una cochada más de ropa y a leer la misma página que siempre leo de Pascal, la única, la que nunca termina, ni termino y que no vale la pena terminar… en cuanto al perro de mi esposa creo que más tarde voy a llevarlo al veterinario para que le corte la cola… creo que mejorará su apariencia, y la mirada triste que se le ha ahogado en su pupilas desde que leo a Pascal, será otro cuento… aunque no le vendría mal que se quedara ciego de una vez por todas…
Lo hago porque quiero que mis compañeras de trabajo estén a salvo cada vez que lo saco al patio a hacer sus necesidades más íntimas, mientras yo me corto las uñas y evito leer, al menos por hoy, la última página de Pascal…

Principio de Epicuro
Al principio creí que solamente se trataba de una mala jugada de la memoria o que, quizás los ojos habían perdido su interés por las cosas de este mundo… también quise pensar que era un sueño como en la mala literatura, pero lo único cierto era que cada vez me sentía más lejos de mí y más y más un prurito de desconocimiento se iba acumulando en mi agenda como una cuenta sin fondos…
Creer, pensar, imaginar era todo cuanto me había quedado después de los primeros golpes del horror y e escalofrío que exigía una víctima propicia a su delirio donde solo el vacío esperaba que se le cumpliera el milagro… insistí en que tenía que caerme para saber con qué contaba, pero no tenía con que hacerlo… recurrí a la treta del que quiere lo que no es para que lo que es finalmente se afirme y establezca su reino… tampoco así pude reconocer, ni tan siquiera el calor de mi respiración…
Y ante la evidencia de una nada que todavía deletrea un alfabeto sin nombre, el horror y el escalofrío conocieron de primera mano su sustancia y echaron a correr sin darse cuenta que la materia en su desvarío, se había quedado definitivamente sola sin poder asegurarles su existencia…
¿Se imaginan ustedes, caer de cuerpo entero sin cuerpo y sin verbo que garantice tu caída y sin golpe de la caída que nos nombra y nos recupera para la trama de los días?
Supe que tenía manos e intenté agarrarlas para reconocerlas y que me reconocieran, y lo poco o nada que quedaba de ellas se abrazó en el vacío… las mismas manos con las que había gozado tu cuerpo desnudo noches enteras y días y horas en blanco se habían largado sin saberlo, llevándose el placer de las tuyas y los últimos vestigios de identidad… busqué los ojos para saber de loa tuyos que se morían en los míos de placer, y tus labios hinchados hasta el amanecer de tantos besos, y tu olfato todavía detrás de la presa que se te hace agua en el silencio… y tus muslos embravecidos detrás de los latidos de mi corazón al ritmo desacostumbrado del tuyo… y tus pechos colgando en lo alto de mis seños como una copa que no acaba de derramar su sustancia en su desvarío… y tu sexo agigantado y adobado por dentro donde todo lo perdido tenía su contraseña y su respiración y su propia escritura…
Me agarré de momento como el mejor de los ilusos a todo lo que fue y lo que no fue y lo que no puedo ser, buscándome entre las cenizas del silencio pero todo se había perdido… había desaparecido sin dejar un solo rastro y ni siquiera el sabor de las noches de placer vino a mi encuentro… insistí un poco más, como alguien que quiere abandonar definitivamente el lugar de los hechos recurriendo a los pasos que siguen a los pasos uno a uno y a sus pasos que se perdían a cada grito de placer para regresar otra vez con las manos llenas… insistí, aunque no pude…
Nada… no estaba por ningún lado, había desaparecido y solamente me quedaba saberlo… se me atragantaba indiferente esa sensación de que seguía cayendo sin poder caerme, de la mano del horror que tampoco sabía cómo salir ileso de su atolladero… ahí hecho un asco en carne viva sin saber dónde estoy, aunque sé que todavía soy… y todo lo que tengo es que todavía lo sé que lo tuve lo que ya no tengo y que aún sigue siendo a su manera lo que tal vez fue…
Y hago lo que puedo para caerme de una vez por todas y para siempre, aunque tenga que renunciar a mi caída… y un tiro más o de más al corazón del globo que se desinfla sin haberse desinflado… como un adolescente que no renuncia a vacar su pistola de un solo tiro en el corazón de su primer amor… que de repente lo ha dejado también sin piso y sin el placer de la caída…

—————————————————————————–
Manuel Cortés Castañeda (Colombia). Poeta, traductor y profesor universitario.
Se graduó de la Universidad Pedagógica Nacional (Bogotá) y de la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente enseña Español y Literatura en Eastern Kentucky University.
Autor de seis poemarios: Trazos al margen (1990),  Prohibido fijar avisos (1991), Caja de iniquidades (1995), El espejo del otro (1998),  Aperitivos (2004), Cosas de fantasmas (2005 y 2017).
Ha  publicado dos antologías de su trabajo literario: Delitos menores (2006) y Oglinda Celuilalt, Cluj-Napoca (2006).
Su poesía ha sido seleccionada en las antologías  Trayecto contiguo (1993), Los pasajeros del arca (1994),, Libro de bitácora (1996) y en Donde mora el amor (1997).
—————————————————————————————————-

FUERA DE TONO de Manuel Cortés Castañeda.
2023, 226 pp. Colección NARRATIVA.
ISBN: 978-84-8017-447-3.
PV: 20.00 euros ($25.00).

Por Felipe Lázaro

Texto ampliado del leído en la presentación virtual del poemario Memoria (Betania, 2022) de la poeta cubana Laura Domingo Agüero, organizado por el Centro Cultural Cubano de Nueva York y Editorial Betania en la Gran Manzana, el 14 de enero de 2023.

Enlace: youtube.com/watch?v=q-NEhRtAwHg

Dulce María Loynaz

Deseo dejar constancia de mi gratitud con el Centro Cultural Cubano de Nueva York, sobre todo con su Presidenta, mi amiga Iraida Iturralde por organizar esta `presentación digital del poemario Memoria (Betania, 2022) de la joven poeta cubana Laura Domingo Agüero (La Habana, 1985).

También, agradecer al escritor cubano Manuel Rodríguez Ramos que coordina y modera este acto. De igual forma, a mi hermano del alma, el poeta y crítico literario cubano Jorge Luis Arcos y a la profesora española María Teresa González de Garay que nos hablarán de la poesía de este hermoso libro que hoy presentamos.

Como editor, siempre he reconocido que me siento en deuda con los escritores cubanos que decidieron publicar sus obras en Betania, desde nuestra fundación en 1987; formando una piña de autores de ambos sexos que han hecho crecer a nuestra casa editora. Sin embargo, es hora que reconozca la presencia de la literatura femenina en nuestro catálogo y deje patente el interés de nuestra editorial por la literatura escrita por mujeres. Hecho poco estudiado, pero que merece ser tenido en cuenta.

Desde nuestros primeros libros fundacionales, intentamos reunir a autoras de diversas nacionalidades: españolas (1), latinoamericanas (2) y cubanas; representando una constante referencia de nuestro quehacer literario.

De las cubanas, mencionaré primero -a modo de homenaje- a las poetas ya fallecidas Dulce María Loynaz, Ana Rosa Núñez, Arminda Valdés Ginebra, Benita C. Barroso, Alina Galliano, Lucía Ballester, Inés del Castillo, Tamara Méndez Balbuena, Ileana Peralta y Lilliam Moro.

Y a quienes siguen aumentando sus respectivas obras, como: Magali Alabau. Carlota Caulfield, Lourdes Gil, Iraida Iturralde, Lina de Feria, Maya Islas, Laura Ymayo Tartakoff, María Elena Blanco, Mercedes Limón, Aimée G. Bolaños, Margarita García Alonso, Ena Columbié, Amelia del Castillo, Juana Rosa Pita, Daína Chaviano, Elena Clavijo Pérez, Ada Bezos. Mayda Silva, Ileana González Monserrat, Nancy Hernández, Lidia Machado, Nery Rivero, Joely R. Villalba y las más recientes incorporaciones a la casa betaniana: Yairen Jerez Columbié y Laura Domingo Agüero.

Pero, además, de este nutrido grupo de poetas, Betania ha publicado libros de ensayos a las profesoras Margarita García, Onilda Jiménez, Elena M. Martínez y Emilia Yulzarí. Y a las narradoras Mirza L. González, Mabel Cuesta, Silvia Burunat, Olga Connor, Sonia Bravo, Dolores Labarcena, Mari Lauret, Belkys Rodríguez Blanco, Victoria Calzadilla, Nidia Fajardo, Paulina Fátima, Carmen Vázquez, Graciela García Marruz y Gisela García Martín.

Con las obras de estas voces femeninas en nuestro fondo editorial se demuestra la atención de Betania por la literatura cubana escrita por mujeres.  Y a esta larga lista de autoras cubanas ya publicadas, sumamos esta tarde a la autora del poemario que nos convoca y le damos nuestra más sincera bienvenida a la casa de todos los betanianos….

Toledo, 14 de enero de 2023.


NOTAS:

(1)  Poetas y escritoras españolas en Betania: Dulce Chacón, María Victoria Reyzábal, María José Mures, Ángela Reyes, Maya Zalbidea Paniagua, Leah Bonnin, Olga Guadalupe, Clara Díaz Pascual, Ana María Dicenta, María Huidobro,  Carmen Bermúdez, Emilia Currás, Carmen Duzmán, Maite García Romero, Gema Moraleja Paz, Carmen Hernández García, Ana Isabel Jiménez López, Engar Juli, Yolanda Pina, María Dolores Navarro, Carmen Velasco. Francisca González Domínguez, María de los ´Ángeles Frutos,  Eduarda Lillo-Moro, Laura López-Fernández  y Lola Martínez

(2) Autoras latinoamericanas en Betania: Amalia Lasarte Disham, Amparo Pérez Gutiérrez, Silvia Roxana Tandeciarz (Argentina), Leonora Acuña Marmolejo, Eugenia Muñoz, Luz Mercedes Pardo de Meyer, Adriana Restrepo (Colombia), Alicia Galaz-Vivar Welden (Chile), María Antonia Beltrán-Vocal (México), Rubi Arana, Martine Dreyfus Bendaña, Yolanda González (Nicaragua) y Juana Goergen, Lydia Vélez-Román (Puerto Rico).


Felipe Lázaro (Güines, 1948). Poeta, narrador y editor cubano. Licenciado en Ciencias Políticas  y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Graduado de la Escuela Diplomática de España. Master en Administración de Empresas por el Instituto de Empresas de Madrid.
Fundó la casa editorial Betania en Madrid (1987). Obtuvo la Beca Cintas (1987-88) y el Premio EL TITÁN (2022) otorgado por el Centro Cultural Cubano de Nueva York.
Autor de seis poemarios, de varias antologías de la poesía cubana del exilio y de diversos libros sobre Gastón Baquero. Sus últimos títulos son: el libro de relatos Invisibles triángulos de muerte. Con Cuba en la memoria (2017), Conversaciones con Gastón Baquero (2019) y la antología poética Tiempo de exilio (2021) que se pueden adquirir en AMAZON.

E-MAIL: editorialbetania@gmail.com
Blg EBETANIA: https://ebetania.wordpress.com
Facebook: Editorial Betania

«…estos memoriales de piedra edificada…»

T. S. ELIOT

El pasado mes de diciembre se cumplió el vigésimo aniversario de la muerte del poeta cubano José Mario (Güira de Melena, 1940 – Madrid, 2002) en el exilio.

Editor de excelencia, fundó en La Habana (1961-1965) y en Madrid (1970 – 2000) las Ediciones El Puente, donde creó otro sello editor La Gota de Agua y publicó 50 números de la revista literaria Resumen literario El Puente (1979-1988).

José Mario en La Habana revolucionaria
En 1959 ingresó en una convulsa Universidad de La Habana y con veinte años publicó su primer poemario El grito (1960) en una editorial oficialista  (CTC-Revolucionaria). En 1961, a su reconocida faceta de poeta iconoclasta le suma la de editor (independiente) y, por este hecho, ha pasado  a la historia literaria cubana como uno de los fundadores de las Ediciones El Puente y uno de sus más conocidos directivos hasta su clausura en 1965.

Cuando el régimen castrista cierra las Ediciones El Puente , una de la pocas editoriales independientes  de entonces, Mario es internado en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP); campos de concentración en la provincia de Camagüey, conocidos como el gulag caribeño.

En 1968 es deportado de Cuba, en un periplo algo kafkiano, vía tres ciudades que siempre amó: Praga (con los tanques soviéticos en las  calles), París (la revuelta estudiantil en la Universidad) hasta llegar a su amado Madrid (donde los universitarios y obreros combatían a la dictadura franquista).

En su vitalicio exilio madrileño
En la capital española, reinicia su labor editora, fundando -otra vez- las ediciones El Puente, aunque de forma artesanal, más cultural que comercial. Sus primeros títulos ya forman parte de la historia literaria cubana: No hablemos de la desesperación de su autoría y un indudable rescate: Lenguaje de mudos de su amigo, el poeta holguinero Delfín Prats. Libro ganador de un premio oficialista en Cuba (1968), pero cuya edición habanera fue censurada, secuestrada y hecha pulpa. Como denuncia de tal atrocidad cultural y por vencer a la censura totalitaria, esta segunda edición madrileña (1970) es sumamente importante para la cultura cubana.

Además, el autor de El grito fundó otra casa editora La Gota de Agua, donde editó el poemario Provocaciones (1973) de Heberto Padilla y tres libros de poesía de su amiga del alma y compañera de dirección de El Puente habanero, en su inicios, Isel Rivero: Nacimiento de Venus (1980), Águila de hierro (1980) y El banquete(1981).

Algo poco reconocido es que su mayor proyecto y logro editorial -por el tremendo esfuerzo y dedicación que ello representó- fue publicar nada menos que  50 números de la revista literaria Resumen Literario El Puente con un Comité de Edición presidido por Reinaldo Arenas, Roberto Cazorla, Luis Cartañá, Rolando Morelli, Arminda Valdés Ginebra, Benita C. Barroso, Paul D’Alba y Felipe Lázaro; según se lee en el último número de esta revista.

Esta trayectoria de editor fecundo fue posible gracias a la desinteresada ayuda de varios mecenas cubanos, como: Waldo Balart, Pancho Vives y Víctor Batista Falla, entre otros, pues financiaron varios de los proyectos  y ediciones de libros de las editoriales de José Mario.

Los poetas no mueren, renacen
Esta ingente labor cultural, tanto en La Habana como en Madrid, sumado a su trayectoria vital, como poeta y editor cubano, hacen merecedor a Jose Mario del más sincero recuerdo y respeto.

Si bien es recordado por su reconocida bohemia habanera y madrileña, sus chispeantes anécdotas y su carácter contestatario, José Mario es uno de lo poetas cubanos más consecuentes del pasado siglo XX por su poesía, por su obra y por su vida.

3 Poemas de José Mario

ANTI-CLIMAX

Entro en La Habana a un bar que llaman El Pastores.
Me acompañan dos amigos. El mar crece a lo lejos.
La noche pone su dedo sobre el puerto:
en esto un árbol yacía entre mis párpados
me soné la nariz y apareció un bosque
«carra blanca con ginger» abrimos las tres bocas
me abro la cabeza y un puñal pequeño me atraviesa.

Por la mañana tengo el primer vómito de sangre
de aquel bosque arranqué lágrimas que tuve
mucho tiempo sobre el pecho estaba desnudo y me
miraba otra piel y un diente pequeño nacía de mi frente
tuve un miedo terrible a no ser yo mismo.
Mi madre me echa en cara todos mis defectos
sólo es que tengo miedo de ser descubierto y castigado
de por vida me desmayo escupes
sobre mis labios en silencio sobre el resto de mis días
hasta que arrancas caes sobre mí que voy a morir ahora
me doy cuenta que se trata de un día de septiembre
finalmente me arranco los ojos y pongo tu nombre
entre las cuencas vacías.

Por la tarde tengo el segundo vómito de sangre.
A esto se le llama morir por amor a lo Margarita Gautier
si me tomo una cerveza estoy completamente seguro
de que voy a ver a Dios  golpeo sobre la barra
te busco en una pareja que baila
porque sé que te he perdido entre tantos
mis dos amigos se matan a arañazos
una piedra suena sobre el bosque como una piedra
y otros me buscan como yo a ti te amo
desde mi pecho crece un buitre
te amo dolor mío todo empieza a morir
te amo  amanece.

Mi madre hace la historia de todos los que han muerto en mi familia.
Por la noche tengo el último vómito de sangre.
como en aquella historia que recuerdo
no sin algo de su susto y vértigo a la vez.
Mi madre habla constantemente de los ojos azules de mi tío
te cuento aquella historia de mi pare irrumpo a llorar
salvajemente una curiosa me mira tú me aprietas las manos
descubres que me quieres o me tienes lástima
estoy asustado de tanta mentira,
pero me he salido con la mía y ya me perteneces
vivos afuera suenan la lluvia y el viento.
Mi madre copia estas palabras mientras vienen a buscarme.

PARTICIPACIÓN

Los ojos salen, buscan el techo de la casa de enfrente.
La antena del televisor. Las ventanas azules.
Como de otra época u otro principio esa misma mirada te recorre.
Hondo a tu cuerpo como si él no fuera otro como lo crees.
Pero eres tú mismo el que lo sabes,
el que te lo has repetido noches y semanas:
«Debe ocurrir, debe ocurrir», y un día me desconozca.
Las cortinas estén descorridas y penetre el sol;
el sol de otra época que no haya sido ésta que te tocó vivir.
y de la que sin embargo tú no te arrepientes.
No podrás arrepentirte como de tantos otros sucesos
/ que no fueron predestinación.
Donde tú andas sin nadie y te has acostumbrado;
a esta ciudad de La Habana y su noche rota de una
/ pedrada dentro de ti.
Esta ciudad a oscuras de tu alma en que creíste y
/ ahora serás desterrado:
Viniste a conocer el odio, el miedo, la hipocresía;
las palabras benditas y las aborrecibles,
para que esta ciudad pueda vivir y tú obtengas el tacto
/  seguro;
el dolor y la angustia por la que ella se hace conocer.
Llegaste en una época donde un mundo empezaba a
/ consumirse
y habían cosas esperando junto al fuego:
La palabra Revolución ardía.
Ardían las palabras como los muertos o torturados que
/ viste al pie de cualquier esquina,
donde alguien jugaba al número de su suerte
sobre algún cadáver que todos habíamos provocado.
Surge el horror que pueden tus ojos y el recuerdo
-presa su imagen- indefinible.
Surge tu soledad como una espalda o una hoja de papel
/ dispuesta
a ser usada, escrita, o si es posible: rota.

VISTO

Me he dado cuenta que ya no amo.
No me ha dolido ni un rasguño no me lo noto por ninguna
/ parte
Me busco en los brazos toco el cuerpo y ni una marca
Toda hacia dentro se me vuelca el alma
Me pasa como aquel que no conoce dice y no lo siente
No sé qué soy conmigo dónde he estado si vuelvo o si
/ regreso
Me pesa un sol la vida
Me hieren como a un ciego las palabras
Hay nombres que se clavan en mis dedos: lugares
/  órdenes venganzas
Nadie me escucha y ando corro estoy cayendo y mi
/ enemiga la muerte se me acerca
Estoy tan solo que no hace falta que lo diga: basta con
/ mirarme



Bibliografía de José Mario:


Poesía:
El grito (1960), La conquista (1961), De la espera y el silencio (1961), Clamor agudo (1962), A través (1962), La torcida raíz de tanto daño (1963), Muerte de amor por soledad (1965), No hablemos de la desesperación (1970 y 1983), Falso T (1978), Dharma (1979), Oración a San Lázaro. Babalú-Ayé. Príncipe de Betania (1980), 13 poemas, 1973-1987 (1988), El grito y otros poemas. Antología poética (2000), Dos poemas inéditos. In Memoriam (2003).
Antología:Segunda novísima de poesía cubana (1965). Edición prohibida y retirada de la imprenta habanera por el oficialismo cultural castrista.
Teatro:  15 obras para niños (1961 y 1963).
Ensayo: Ideas sobre Cuba y su futuro / El microcosmos de Miami (1979) y Crónica, crítica y Revolución cubana (inédito).
Prosa: Swami y otros cuentos (inédito) y La contrapartida (novela sobre las UMAP, inédita).


Libros de (o sobre) José Mario en Betania:

13 poemas (Betania, 1988) de José Mario. Colección Betania de Poesía, 40 pp. ISBN: 84-86662-20-6. PV: 10.00 euros.

*  El grito. Antología poética (Betania, 2000) de José Mario . Prólogo de Nelson Simón González.
Colección Antologías, 128 pp. ISBN: 978-84-8017-133.2.
PV: 15.00 euros.

* Dos poemas inéditos. In Memoriam (Betania, 2003)de José Mario. Introducción de León de la Hoz. Colección Separatas (4), 8 pp.

*  Un puente contracorriente. Ediciones El Puente: Un esfuerzo literario dentro y fuera de Cuba (Betania, 2014) de Marlies Pahlenberg. Colección Ensayo; 104 pp.
ISBN: 978-84-8017- 342-1.  PV: 15.00 euros.

Antologías donde se seleccionan poemas de José Mario:

* Poesía cubana: la isla entera
(Betania, 1995) de Felipe Lázaro y Bladimir Zamora Céspedes. Colección Antologías, 392 pp. ISBN: 84-8017-040-9. PV: 25.00 euros.

* Al pie de la memoria. Poetas cubanos muertos en el exilio, 1959-2002 (Betania, 2003) de Felipe Lázaro.
Colección Antologías; 204 pp. PV. 20.00 euros.

El pasado sábado 14 de enero se presentó el poemario MEMORIA (Betania, 2022) de la cubana Laura Domingo Agüero (La Habana, 1985) en la ciudad de Nueva York

El acto virtual fue convocado por el Centro Cultural Cubano de Nueva York y Editorial Betania.

Participaron: Felipe Lázaro, María Teresa González de Garay, Jorge Luis Arcos y la autora.

Coordinó el panel: Manuel Rodríguez Ramos

ENLACE del VÏDEO en youtube:

youtube.com/watch?v=q-NEhRtAwHg

Memoria del agua[1]

Epístola a Laura Domingo Agüero

Jorge Luis Arcos

a Jorge Domingo Cuadriello

Y hoy escuché a una joven, entonando

como un rezo, tu misma melodía,

y aquí me tienes, frente al mar, llorando.

Raúl Hernández Novás,

“Yo te perdí una tarde”, Sonetos a Gelsomina

Como una imagen húmeda de la memoria

Rumio este poema tan dilatado

Mastico el agua

Como decía mi bisabuela

Poema acuoso

Y rememoro imágenes

son tantas que se atropellan

Laura bajando y subiendo las escaleras para fortalecer sus piernas para el ballet

El sudor como salitre

Escaleras de un oxidado solar habanero

Antes una carbonera

Donde se alojaron exiliados asturianos y gallegos

Su abuelo

Cachimba

Trabajó hasta que se retiró como jardinero del Cementerio de Colón

Después de haber estado preso por republicano

(La España peregrina)

Emigró a Cuba porque oyó decir que esa isla era de corcho

Como una cuba en alta mar

La niña que vi nacer se crío entre la memoria de los abuelos y una tía abuela asturianos

Conoció el renovado éxodo de las dos hermanas del padre

Una a Estados Unidos (antes de que naciera)

Otra a Barcelona (después) junto a sus dos primas

Y también (cómo no) de tantos amigos de su padre (yo entre ellos)

(Este poema y ese poema son una catarsis

Pero también una anagnórisis)

Ya Cachimba no juega dominó con sus amigotes en la terraza del solar bajo las estrellas

Pero tampoco trabaja como un esclavo en los ferrocarriles de Málaga

En ese solar conocí a Manolo

Una noche que no olvido

Una noche de azufre y de tempestades byronianas

Diría El Etrusco

Cuando el cadáver del Conde Barreto regresó al mar

Regresa siempre

Como fantasma pluvial

Como Hernando de Soto al Castillo de la Fuerza

Las lágrimas de Laurita son también ese mar

Ese aguacero

El que describió Cabrera Infante en un umbral de La Habana

En ese mar invisible nadan los recuerdos y los fantasmas

En su solar (salar) líquido

Donde (quizá) también sus ancestros maternos

hoy vagan como las hadas al resplandor de la luna

En los jardines invisibles de una isla en peso

(Las almas nadan dentro de la memoria y el imprevisible olvido)

¡Pero en ese solar sucedieron tantas cosas!

En un sofá del cuartico de Jorge Domingo descubrí a Rilke

Aquel verso inolvidable (ante el escenario vacío):

Siempre hay algo que ver

Y allí conocí al poeta Espino sin dientes

Quien contaba que cuanto estuvo en UMAP veía una casita mágica en la lejanía

Acaso la misma casa que vio el niño prehistórico Lorenzo García Vega desde un tren

Cuando el exilio de su infancia

(La memoria es la imaginación

Solo existe en el instante que se sueña)

Después Espino emigró a la Playa Albina

Esos fantasmas y muchos más poblaron la infancia de Laurita

El poeta Fabio (¡ay dolor! que ves ahora)

El vendedor de flores a los muertos de la patria

¿Qué diría Virgilio?

Todos esos fantasmas miraron a Laurita

Los Poetas de la Funeraria

Donde los futuros cadáveres nadaban

O chapoteaban

En un mar de flores muertas entre Miami y La Habana

La última vez que vi a Laurita fue en Madrid

Recién exiliado

Cuando se hospedó unos días en mi casa

Un mediodía se alejó hacia El Retiro

Pero

las despedidas son tan provisorias que el tiempo las devuelve estremecidas

Escribí en un verso que Aimée Hajdú

La misteriosa amiga húngara de su Padre

Me tradujo al francés

Laurita siempre sonrío con esperanza

Su esperanza

Confieso que no comprendo qué esperanza

(Pero la esperanza es un misterio del alma)

(Pero la sonrisa es media risa

La sonrisa es daimónica

Fronteriza

Porosa

Como la memoria o la imaginación

O el cubrefuego de la imagen que rememora Lezama)

Esperanza

(¿Incertidumbre?)

Que viaja hacia una Ítaca inexistente

O hacia el Monte del Purgatorio dantesco

Que imaginó Dante en el mar del hemisferio austral

Argentino

Donde también están los ancestros de Laurita

(Pero

¿Dónde están las sombras dolientes de los ancestros?)

Ella rememora y pega el óxido y el éxodo en su poema memorioso

Porque en su poema memorioso se honra a los ancestros

¿Dónde se honra a la desaparición?

Pregunta en un verso

A los conocidos y a los desconocidos

A los visibles y a los invisibles

A los fantasmas en la noche de trasluz

Laurita tuvo que haber visto en 12 y 23 al Caballero de París

Ese Zequeira resurrecto de La Ronda espectral

Que se convirtió en anfibio para poder nadar en el sueño de la memoria

Acaso oyó cantar alguna vez al alcohólico La Voz de Cristal

Y seguramente recuerda al delirante Miguel Castro Machado

Mala Cosa

Como el daimon que imaginó Álvar Núñez Cabeza de Vaca desde su naufragio indecible

(Pero ¿estas son mis imágenes o sus imágenes?

No importa

Las imágenes están vivas siempre

Son autónomas

Siempre están ocurriendo, como decía Salustio

Como el agua en el agua

Como el sueño en el sueño)

En ese mar del Hurakán que nos envuelve a todos los insulanos

Como Ulises gritamos:

Solo el mar es mi casa

Su rememoración humedece el alma

óxido y éxodo

Pero Laurita ha viajado mucho

Y entonces el cuartico del solar donde nació se ha vuelto muy chiquitico

(Y recuerdo

No sé por qué

Al cholo

Al menocucho:

Hay, madre, un sitio en el mundo, que se llama París. Un sitio muy grande y lejano y otra vez grande

Al cholo que vio en París con aguacero

Aquel poeta que imaginó a un inocente frente al mar)

y aquí me tienes, frente al mar, llorando

Escribió el poeta de Sonetos a Gelsomina

exiliada del mundo

Otro amigo de su padre que se perdió bajo las aguas

(Esas aguas que gotean

Como un hilo de baba nauseabundo

Desde el alma

De todo poeta

Ese bobito con su versito

Como escribiera Feijóo)

Pero el cuartico está igualito

Esa barca de los locos cantábricos

Ese olor a flores húmedas de cementerio

Esa pobreza a secas que no irradiante

Como esos charcos cuajados de agua

Detritos

Entre dientes de perro

(Oyendo a Mahler

Muerte en Venecia

En el paisaje final de las ruinas de un ruinólogo amigo mío

También frente al mar)

O el pobretón mantel de hule que no de hilo

Hay algo oxidado en el alma

O en el Reino de Dinamarca

(El alma es éxodo

Nostos)

El poema de Laurita parece escrito bajo el agua

Bajo el agua nadan los fantasmas (decía)

Los fantasmas salados

En ese légamo líquido

En esa patria prenatal que entrevió la sibila de Málaga

Allí danza Laurita

La danza de la memoria

De la imaginación

Salitre, óxido, insularidad

Pero Laurita se aferra a su Rayo Verde

(Yo

no puedo)

(Beduino

Hiperbóreo en unas playas del Sur

Un salar petrificado

Albinidad)

Ahora vuelvo a subir (¿o bajar?) las escaleras donde Laurita avivaba sus músculos adolescentes

Escucho

Asturias, patria querida

Escucho

La fiesta japonesa de los Matamoros

Escucho

Al Ronco, al viejo Armstrong

Escucho

La sabiduría del sabio presocrático Bolichán:

Si me muero por ti

No sé qué dirán

Y veo a Cachimba jugando dominó

Y a Laurita correteando alrededor

Y a su Padre

Con su hígado extático

Oxidado

Con un crucifijo gritando:

Vade retro, Satanás

Mientras un mar de aguardiente nos inunda el alma

El Alma de Bola de Nieve

Arroyito de mi casa

Ánima líquida de la memoria

Tal vez el agua ígnea de Lezama

Y a Laurita danzando en la cresta de una ola

Haciendo con su cuerpo

Con sus palabras escritas en la arena

Un arabesco imposible

cajas de agua

Las de la Memoria

San Carlos de Bariloche, 25 de septiembre-20 de octubre, 2022

Jorge Luis Arcos (La Habana, 1956). Poeta, investigador literario y profesor universitario, ejerce la docencia en Bariloche, Argentina, donde reside.


Poesía:

Conversación con un rostro nevado (La Habana, 1993); De los ínferos (La Habana, 1999 y Caracas, 2000, Premio Internacional «Rafael Pocaterra», y Premio de la Crítica); La avidez del halcón (Cádiz, 2002, Premio Internacional «Rafael Alberti», y La Habana, 2003); Del animal desconocido (República Dominicana, 2002, Premio Internacional «Casa de Teatro»), El libro de las conversiones imaginarias (Madrid, 2015), y Sicronismos (Madrid, Verbum, 2020, Premio Internacional Gastón Baquero)

Ensayo:

En torno a la obra poética de Fina García Marruz (La Habana, Ediciones Unión, 1990); La solución unitiva. Sobre el pensamiento poético de José Lezama Lima (La Habana Academia, 1990); José Lezama Lima a través de Paradiso (La Habana, Letras Cubanas, 1993); Orígenes. La pobreza irradiante (La Habana, Letras Cubanas, 1994); La palabra perdida. Ensayos sobre poesía y pensamiento poético (La Habana, Ediciones Unión, 2003); Desde el légamo. Ensayos sobre pensamiento poético (Madrid, Colibrí, 2007); Kaleidoscopio. La poética de Lorenzo García Vega (Madrid, Colibrí, 2012,y Madrid, Hypermedia, 2015). En 1999 publicó Las palabras son islas. Panorama de la poesía cubana del siglo XX (La Habana Letras Cubanas). En 2002, compiló Los poetas de Orígenes (México, Fondo de Cultura Económica). De María Zambrano, ha compilado los libros: La Cuba secreta y otros ensayos (Madrid, Endymion, 1996) e Islas (Madrid, Verbum, 2007). Entre otros, también ha compilado y estudiado la obra de Nicolás Guillén, Roberto Fernández Retamar, Jorge Mañach, José Kozer, Raúl Hernández Novás.


[1] Domingo Agüero, Laura, Memoria (Premio Calendario, Cuba, 2021), Madrid: Betania, 2021.

Tenemos el placer de anunciar la salida del nuevo libro de León De la Hoz, Fragmentos del descuartizador. Con ese motivo en el menú de los ebooks (PDF) que Betania ofrece para su descarga gratuita hemos incluido durante un mes su anterior libro de poesía La mano del hijo pródigo (Betania, 2019).

De Fragmentos del descuartizador son los poemas que transcribimos a continuación. El libro se puede adquirir en versión de papel y en formato electrónico desde la siguiente dirección en Amazon: https://amzn.to/3W5KMKv

A LO LEJOS

VEO LAS LUCES

DE LA ISLA

A lo lejos veo las luces de la isla

que se marcha en la oscuridad

con las velas al cielo extendidas.

Ha pasado por mi lado sin decir adiós.

En la cubierta he visto los cadáveres

que arrojaban al mar para ir ligeros

deslizándose encima de la sangre.

Ha pasado como un barco fantasma

que nunca hubiera existido, inventado

para fingir nuestra vida de naufragios

y la errancia de noches sin estrellas

en playas alejadas de la isla.

Va con su proa hacia la noche

y el mar es su cementerio,

patria de quienes han navegado

buscando en una estrella su destino.

Alejándose va arrastrando aquella sombra

anclada en la costilla de los muertos,

a lo lejos veo las pocas luces

que van dejando sus almas en el cielo.

Recemos por la isla que se marcha

y te abandona en el puerto donde la esperas.

AL FIN CREO

HABER LLEGADO

A LA PATRIA

Al fin creo haber llegado a la patria

aunque sea tarde y por la puerta de atrás,

esa parte de la casa donde tiran los desperdicios

al acabar un día lleno de escombros

y sombras que alimentan mal a las ratas.

Ha sido un viaje largo y doloroso

en el que sacrificaron mi vida más de una ocasión.

Alguna vez pude morir con el sol en la cara

como el atardecer frente a la noche.

Mis otras muertes es mejor no recordarlas,

fueron vulgares y comunes o a mano de amantes

que quisieron retenerme entre sus piernas.

Si llego tarde es porque me perdí

buscando la puerta que dijera Patria en su dintel,

unas veces fui arrastrado a naufragar,

otras anduve con una multitud de ovejas que balaban

cruzando el desierto detrás de una estrella.

En estas vidas que tuve no me faltó tiempo

para ser un patriota, un traidor y un cobarde

que se jacta de haber llegado cambiando las señales

de los caminos para llegar primero que los otros.

Incluso llegué a ser un gusano antes de volar al cielo

iluminado por una estrella descarriada.

Aquí en este lado de la patria está oscuro

y huele a orina como en las callejuelas sombrías

en las que la gente se alivia contra las paredes

cuando trafica con las sobras de los cuerpos.

Son tus muertos, Patria,

y en tu altar se venden por partes

que la gente va pisando hasta llegar a tus pies.

Todo aquel que llegó con tu luz,

ciego compra, aunque es la noche la que vende.

LEÓN DE LA HOZ

Santiago de Cuba, 1957. Ha publicado Coordenadas (La Habana, 1982); La cara en la moneda (La Habana, 1987); Los pies del invisible (La Habana, 1988); Preguntas a Dios (Madrid, 1994); La poesía de las dos orillas. Cuba (1959-1993); (Antología), (Madrid, 1994); Cuerpo divinamente humano (Madrid, 1999, 2021), ilustrado por Roberto Fabelo; La semana más larga (Madrid, 2007, 2018); Los indignados españoles: del 15-M a Podemos (Madrid, 2015); Vidas de Gulliver (Madrid, 2012, 2016, 2017 y 2018); La mano del hijo pródigo (Madrid, 2019); Ejercicio de convivencia. Guía emergente para sobrevivir al virus y no morir de aburrimiento (Madrid, 2020); Fragmentos del descuartizador (Madrid, 2022)

En Cuba, entre otros premios nacionales, obtuvo los que fueron los más importantes entonces, el “David” (1984) y “Julián del Casal” (1987), ambos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Trabajó como Asesor de Talleres Literarios, Secretario Ejecutivo del Consejo Técnico Asesor del Ministerio de Cultura y dirigió La Gaceta de Cuba de la UNEAC, más tarde también los inicios de Otrolunes en el exilio.

Ha sido incluido en numerosas antologías, entre otras, Poesía cubana: La isla entera, Felipe Lázaro y Bladimir Zamora (Madrid, 1995); Los ríos de la mañana, Norberto Codina (La Habana, 1995) Las palabras son islas. Panorama de la poesía cubana del siglo XX, Jorge Luis Arcos (La Habana, 1999); Antología de la Poesía Cubana, Vol. IV, Ángel Esteban y Álvaro Salvador (Madrid, 2002) y Poemas cubanos del siglo XX, Manuel Díaz Martínez (Madrid, 2002).

editorial BETANIA
se complace en invitarle a la presentación del poemario

MEMORIA
Premio Calendario (Cuba, 2021)

de la poeta cubana Laura Domingo Agüero.

Participan:  Felipe Lázaro, María Teresa González de Garay (Universidad de la Rioja) y la autora.


Día: viernes 9 de diciembre a las 18,00 horas.
Lugar: Biblioteca Pública Elena Fortún.
c/ Doctor Esquerdo 189. Madrid 28007.
(Metro: Pacífico).


A %d blogueros les gusta esto: